La Crisis climática-ambiental derivada de la alta contaminación ha llevado a numerosos países a establecer estrategias para la mejora del clima. Aunque, muchos consideran que los acuerdos sobre las emisiones de CO2 en la Cumbre del clima de Madrid han sido insuficientes para frenar el cambio climático. Es por ello la importancia de cambiar los hábitos de compra actual.
Los motores eléctricos son una gran alternativa para frenar el cambio climático, ya que funcionan con la conversión de la electricidad y no necesitan combustibles, por lo que frenan las emisiones de CO2 y ayudan a mejorar la calidad del aire.
Organismos como la Agencia Europea de Medio Ambiente afirman que si se tiene en cuenta todo el ciclo de vida de un vehículo eléctrico desde su fabricación, estos reducen del 17 al 30% de emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a los vehículos convencionales. Además, confirman que este porcentaje mejorará en función de que se utilicen más energías renovables y se invierta más en tecnología.
Otra clara ventaja de los vehículos eléctricos, es que no generan contaminación acústica. Ya que no disponen de moto de combustión por lo que son silenciosos y asimismo no emiten ni vibraciones ni calor.
El mantenimiento de los vehículos eléctricos es mucho menos perjudicial para el medioambiente que el de los vehículos de combustión ya que no necesitan refrigerantes, lubricantes o aceites.
Aunque los vehículos eléctricos muestran una clara ventaja sobre los vehículos más convencionales depende del uso responsable la mejora del medio ambiente.